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Reactivos químicos y educación sanitaria

Su salud y bienestar son nuestra prioridad.

¿Es posible llevar una vida normal después de un ictus? ¿Cómo se recupera?

Su ser querido acaba de sufrir un derrame cerebral. Aún no hay nada seguro, pero ¿le preocupa que sufra una discapacidad de por vida? Las estadísticas dicen que 40% polacos mueren en el primer mes tras sufrir un ictus. ¿Existe alguna prevención tras el ictus que consuele al paciente? Descubra ahora cómo prevenir los efectos negativos de un ictus isquémico.

¿Qué le ocurre a nuestro cuerpo durante un ictus?

Durante un ictus, el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe repentinamente, lo que provoca isquemia (falta de oxígeno y nutrientes suficientes) en zonas específicas del cerebro. Se trata de una afección grave que puede tener consecuencias deplorables para la salud y la vida.

Las principales causas de ictus son:

  1. Trombosis: como resultado de la formación de un coágulo (coágulo sanguíneo) en el interior de un vaso sanguíneo que bloquea el flujo sanguíneo. 
  2. Embolia: obstrucción de un vaso sanguíneo por un objeto extraño, como un trozo de tejido o un trombo que se desplaza desde otra parte del cuerpo.

Ante un ictus, el organismo responde con diversos mecanismos de defensa, pero la eficacia de estas respuestas puede ser limitada. Los principales cambios en el organismo durante un ictus son:

  1. Zona isquémica: el cerebro necesita un suministro constante de oxígeno y glucosa para funcionar con normalidad. La isquemia provoca daños en las neuronas y otras células cerebrales de las zonas afectadas por el ictus. 
  2. Inflamación: en respuesta a los daños, el sistema inmunitario activa el proceso inflamatorio en las zonas dañadas del cerebro, lo que puede agravar aún más el estado del paciente. 
  3. Edema cerebral: el daño tisular puede provocar un edema cerebral, que aumenta la presión intracraneal y puede poner en peligro la vida. 
  4. Trastornos neurológicos - dependiendo de la zona del cerebro afectada por el ictus, el paciente puede experimentar diversos trastornos neurológicos como paresia, pérdida de sensibilidad, trastornos del habla, problemas de visión, etc. 

Una respuesta médica rápida al ictus es crucial para minimizar el daño cerebral y mejorar las posibilidades de recuperación. El tratamiento precoz puede mejorar significativamente el pronóstico del paciente y reducir el riesgo de complicaciones.

¿Qué puede hacer una persona tras un ictus para recuperarse física y mentalmente?

La mayor dificultad para las personas que han sufrido un ictus es recuperarse por completo. Es importante proporcionar a estas personas los cuidados adecuados lo antes posible. Como ya se ha mencionado, los polacos 40% post-ictus no viven más allá del primer mes. Por lo tanto, debe aplicarse muy rápidamente un programa de rehabilitación adecuado para no exponer al paciente post-ictus al riesgo de una nueva hospitalización.

Rehabilitación física

Sólo una de cada tres personas acude a rehabilitación tras un ictus. Y es un factor necesario para la recuperación. Un paciente de ictus no debe quedarse de brazos cruzados en la cama. Los que acaban en una unidad de ictus lo tienen más fácil, porque pueden empezar la rehabilitación casi de inmediato. Si no se encuentra en una unidad de este tipo, debe ser remitido a un fisioterapeuta que lleve a cabo tratamientos en el Servicio Nacional de Salud o puede optar por tratamientos privados.

La función más importante de la rehabilitación neurológica es recuperar en la medida de lo posible las funciones perdidas como consecuencia de una isquemia cerebral. Si, por alguna razón, no es posible una recuperación total, se realizan ejercicios de rehabilitación para mejorar la calidad de vida y permitir funcionar, por ejemplo, con un brazo paralizado. 

Una dieta sabia y planificada

Un ictus no surge de la nada. Para causarlo, deben cumplirse varios criterios específicos como:

  • enfermedades inflamatorias crónicas,
  • sobrepeso,
  • fumando,
  • baja actividad física.

Esto hace que la dieta sea un factor de recuperación. No existe un método único de nutrición. Se aconseja a los pacientes que elijan su dieta individualmente, teniendo en cuenta sus necesidades específicas. 

Las personas con diabetes deben seguir una dieta diferente, las personas con trastornos del metabolismo de los lípidos deben seguir otra distinta y las personas con sobrepeso deben seguir una dieta diferente. Para establecer un perfil nutricional adecuado, que se adapte perfectamente a sus necesidades, se recomienda acudir a un especialista, como el dietista Jakub Puchalski -. https://puchalskidietetyk.pl/. Reunirse con un nutricionista experimentado le permitirá abordar el problema de forma holística y tener en cuenta todas sus necesidades. 

Además, el paciente debe evitar en la medida de lo posible el humo del tabaco y el consumo de alcohol durante este momento especialmente difícil y decisivo, ya que esto puede provocar un accidente cerebrovascular secundario, que puede tener consecuencias deplorables.

Apoyo de los seres queridos

La solución más sencilla, pero a menudo ignorada. Tras experimentar numerosas disfunciones motoras, pero también mentales, a las personas que han sufrido un ictus hemorrágico les cuesta adaptarse a su nueva realidad. Una gran parte de los pacientes que han sufrido un ictus no se recuperan totalmente, lo que implica prestar cuidados a esa persona. En este caso, es frecuente que se produzcan agresiones o estados depresivos por parte del paciente. Por lo tanto, la motivación y el apoyo de los seres queridos son extremadamente valiosos en el proceso de recuperación.

Formas alternativas de control del ictus

Además de una dieta adecuada y la rehabilitación, hay otros métodos menos comunes que se pueden utilizar para acelerar la recuperación. Estos incluyen, entre otros, la musicoterapia, la acupuntura, el tai-chi o los péptidos - infórmese sobre la acción, sustancia innovadora bpc 157.

BPC 157: un péptido que facilita la recuperación tras un ictus

El péptido bpc 157 es un aminoácido 15 que puede extraerse del jugo gástrico humano. ¿Por qué una sustancia que se encuentra en el jugo gástrico ayudaría de algún modo a minimizar los efectos negativos de un ictus? Según el estudio, el péptido aporta beneficios al cerebro y al sistema nervioso. Se ha probado meticulosamente en ratas y ratones y los efectos han dado resultados satisfactorios. 

Uno de los mayores beneficios del producto se atribuye a su capacidad para alterar ciertos genes del organismo al reaccionar con el óxido nítrico. Esto permite una regeneración más rápida de los músculos y las articulaciones, algo sumamente importante en la rehabilitación posterior a un ictus.

Los experimentos con animales también han demostrado que las ratas que tomaban BPC 157 10 mg  había reparado daños en las neuronas del cerebro, es decir, las células encargadas de enviar información en el cerebro.

¿Cómo dosificar el péptido tras un ictus?

Según las recomendaciones disponibles, las sustancias deben tomarse en dosis adecuadas:

  • post-ictus: 500 mg al día,
  • profilácticamente: 250 mg al día.

Acción bpc 157 no ha mostrado hasta ahora efectos adversos y la sustancia en sí es bien tolerada por el cuerpo humano. Los expertos aconsejan que el preparado no se tome en forma de comprimidos debido a su rápida digestión y escasa estabilidad en el medio ácido del estómago. Las formas de comprimidos más estables funcionarán, pero a un coste mucho mayor que, por ejemplo, el bpc 157 administrado por pulverización o inyección.

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